Como si de un concierto se tratara, las tomas de protesta de los alcaldes en Guerrero sirvieron como de pretexto perfecto para mandar mensajes políticos, al ritmo de una buena apertura que promete que el resto será increíble, pero con un cierre bañado de melancolía, ya pensando en que el próximo evento tendrá que ser mejor.
De un lado (Morena), de la mano de la gobernadora electa Evelyn Salgado Pineda, y del senador Félix Salgado Macedonio, realizaron un ensayo de lo que será la entidad a partir del 15 de octubre, ir a Acapulco y Chilpancingo a las tomas de protestas de Abelina López Rodríguez y Norma Otilia Hernández, representó para Evelyn, según mi humilde lectura, su opening, además de afirmar la fuerza que el Movimiento de Regeneración tiene en Guerrero, la presencia que ahora refleja en el estado, en especial en la capital y Acapulco, los dos municipios más importantes y los que generan la movilidad política y económica.
No podían faltar las largas filas de voluntarios, acomedidos, y uno que otro oportunista que buscan, a como de lugar, ser vistos y recordarles que anduvieron activos en la campaña, o que al menos simularon andar, pero en algo ayudaron.
Del otro frente, los que se van, el gobernador Héctor Astudillo Flores, fue a Iguala, Chilapa, Petatlán y Zihuatanejo, pero no llegó solo con algunos integrantes del gabinete, sino con la plana mayor del priismo, como Manuel Añorve, que vino desde el Senado, Mario Moreno, el ex gobernador Rubén Figueroa, Héctor Apreza, Flor Añorve, Héctor Vicario, Esteban Albarrán, entre otros; ¿pues no que estaban peleados? según eso se decía, pero en redes, Mario, por ejemplo, hasta una selfie subió con Añorve, y el senador le dice amigo en sus publicaciones, en fin, así inicia la gira del adiós, melancólica, pero con reencuentros, como si los priistas ya pensaran en el próximo concierto.
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